«¿Qué hiciste hoy en la escuela?»
«Nada».
Este es un intercambio familiar entre un padre y un hijo. Además, puede ser frustrante para un padre interesado que desea conocer auténticamente las actividades de su hijo en la escuela y no parecer entrometido. (Este asunto de intrusión se convierte más que un problema con los niños de diez a doce años de edad y seguramente con los adolescentes).
Los adolescentes usualmente reaccionarán más sobre su día en la escuela si se les hacen preguntas directas en el momento apropiado. Por ejemplo, cuando un niño llega a casa de la escuela, podría estar cansado y desear un refrigerio o relajarse o jugar con un amigo en lugar de hablar del día. Podría ser mejor hablar con él sobre la escuela al final del día o durante la noche. O bien, empezar la conversación con una aseveración como «luces hambriento. Tomemos un refrigerio y luego me puedes contar cómo estuvo tu día».
Haga preguntas lo más enfocado posible y sin juzgar. Por ejemplo:
«¿Qué de nuevo aprendiste hoy en la escuela?»
«¿Qué preguntas hiciste en clase?»
«¿Cómo está el libro que estás leyendo en clase? ¿Qué está pasando en la historia?»
«¿Tienes algún documento o trabajo manual en tu mochila que pueda ver?»
«¿Está más fácil aprender las divisiones largas?»
«Cuéntame sobre tu prueba de ortografía. «¿Hubo alguna palabra con la que tuviste problema?»
Ya que los estudiantes pueden tener problemas recordando todo lo que sucedió en la escuela, los maestros con frecuencia comunican los asuntos que suceden en clase o la escuela a través de notas escritas. Pregúntele a su hijo todas las noches si tiene alguna nota para usted.
Algunas veces, su hijo podría desear hablar sobre la escuela cuando está justo a la mitad de algo más. Mientras sea posible, intente ser expresivo, posiblemente diciendo algo como «me gusta escuchar lo que cuentas de la escuela, pero por ahora estoy muy ocupado preparando la comida». Déjame colocar esta cacerola en el horno y luego podemos sentarnos a conversar». O bien, «por qué no te subes a un banco y me ayudas a preparar la ensalada mientras conversamos».
Estamos seguros que la comunicación es básica para tener una buena relación con nuestros hijos, ademas que no solo se sentirán apoyados y respaldados, sino que sabrán que siempre estamos al pendiente de ellos.