¡Mitad de año! Tu pequeño comienza la escuela infantil el siguiente ciclo escolar y te surgen miles de dudas.
No sabes cómo se va a adaptar, si es lo mejor para el niño, si lo estás haciendo bien… Te contamos decimos consejos para que el proceso de adaptación sea más sencillo para tu hijo y para ti.
Se acerca un nuevo ciclo escolar y muchos niños se incorporan por primera vez a la escuela infantil, comienza el período de adaptación pero no solo para ellos, los padres también necesitan adaptarse a esta nueva situación y por supuesto los educadores.
Este periodo suele generar un poco de inquietud y son varios los interrogantes que surgen: ¿estará bien mi hijo? ¿Conseguirá dormir? ¿Llorará cuando lo deje?.
El niño se encuentra en un lugar desconocido para él, con personas desconocidas frente a la seguridad que le proporcionaba hasta ahora su hogar, en parte el pequeño siente cierta inseguridad, son frecuentes los lloros, la falta de apetito, la dificultad para conciliar el sueño, pero todas estas manifestaciones deben ser entendidas como algo natural, debemos aportar al niño seguridad y confiar en que tarde o temprano serán superadas.
Algunos niños necesitan días y otros semanas para superar la adaptación, cada uno es diferente y tiene necesidades diferentes que deben ser respetadas en su ritmo diario.
En ocasiones los niños rechazan a sus educadoras al principio, no quieren comer ni beber, ni jugar, sólo esperan el momento en el cual los vienen a recoger y para ellos a veces puede parecer eterno porque no tienen adquirida la noción del tiempo todavía.
En Colegio El Arca tenemos algunos consejos que pueden servirte de ayuda durante este proceso:
Hay que tener en cuenta que el comienzo en la escuela infantil es un cambio muy importante y esto implica que el niño va a encontrarse con un entorno diferente donde va a relacionarse con otros niños y otros adultos y esto va a reforzar su socialización y su autonomía.
Para superar este proceso con éxito es necesario confiar en la escuela y el equipo educativo, hay que ofrecerle mucho cariño y sobre todo grandes dosis de paciencia y por último hay que comprender que cada niño tiene un ritmo de adaptación diferente que hay que entender y saber respetar.