La ira es esa emoción que hace que los niños sientan enfado, irritabilidad, resentimiento o furia ante una situación que no les gusta o les produce frustración.
La ira tiene dos formas de expresión, una más interna en la que aumenta el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y la adrenalina; y otra más externa en la que la expresión cambia, el niño eleva el tono de voz, sus músculos se tensan… En un momento de ira los niños pueden gritar, romper cosas, lanzar objetos, pegar o insultar.
¿Qué podemos hacer los padres si nuestros hijos reaccionan con ira? Aquí te contamos 7 técnicas que ayudan a los niños a manejar la ira.
La ira no es una emoción fácil de manejar para los niños, cuanto más pequeños peor. No todos los niños responden ante una misma situación con ira, pero si el niño lo hace, hemos de enseñarle a canalizarla.
1- Mantén la calma: los padres hemos de mostrar ejemplo ante una reacción de ira en el niño y evitar gritar, dar portazos o zarandear al niño. Para que el niño aprenda a manejar la ira, ha de ver cómo nosotros lo logramos, incluso en momentos en los que es fácil perder la paciencia. De hecho, ante un ataque de ira en el niño, es posible que si nuestra respuesta es agresiva, el enfado del niño aumente aun más.
2- Enséñale a reconocer la ira: cuando el niño está en pleno ataque de ira es difícil negociar o hablar con él, pero cuando la rabieta ha pasado, es el momento de charlar sobre lo que ocurrió. Puedes ponerle tu mismo nombre a lo sucedido y preguntarle para que pueda explicar por qué reaccionó así y cómo se siente después.
3- Enseña al niño a actuar sin ira: muchas veces los niños responden con ira porque les faltan habilidades para actuar de otra manera, no saben cómo solucionar un problema. Para ayudarles, debemos entrenarlos para aprender a:
– Identificar que causó su momento de ira.
– Ayudarle a dar soluciones para próximas situaciones.
– Explicarle qué ocurrirá si la respuesta es la ira y cuál cuando la respuesta es más tranquila.
– Reforzar al niño si su respuesta no es iracunda.
– Si lo fue, repasar con él lo que ocurrió, explicarle qué estuvo mal y cómo se puede actuar mejor en otra ocasión.
4- Ayúdale a expresar la ira: el impulso que siente el niño que no sabe manejar su ira es insultar, pegar o romper cosas. Si tu hijo suele responder habitualmente así, deja que haga algunas actividades que le dejen explorar esas emociones: como dibujar, pintar o escribir. Aprenderá a entender lo que le ocurre, por qué y cómo evitarlo.
5- Enséñale liberar tensiones: el deporte es un excelente vehículo para canalizar la ira y el estrés, libera endorfinas y contribuye a tener una sensación de bienestar. Practicar deporte de forma habitual puede ayudar al niño a manejar la ira, así como la realización de actividades que implican relajación como yoga o mindfulness.
6- Desarrolla estrategias de autocontrol: explícale en qué consiste el autocontrol, por ejemplo: no reaccionar mal si se ha terminado el tiempo de televisión, si tiene que recoger su habitación o si un niño le coge un juguete. Una buena técnica de autocontrol es la del semáforo. Se trata de un ejercicio en el que se le da una respuesta ante un comportamiento determinado. Para llevarlo a cabo necesitas explicarle al niño cómo funciona un semáforo y además, deberás tener a mano 3 cartulinas con 3 colores diferentes: rojo, amarillo y verde. Cuando le muestres la cartulina roja, querrá decir que el niño debe parar porque no está controlando su ira y la situación se ha descontrolado, la cartulina amarilla indica que debe analizar qué está pasando y por qué se está comportando así y la verde sirve para que pueda expresar lo que siente.
7- Fomenta la empatía: es quizá una de las tareas más difíciles de conseguir en los niños. Implica que los niños comprendan al otro y se pongan en su lugar, algo fundamental para que pueda manejar la ira.
Fuente: Guía Infantil